He trabajado en unos cuantos cientos de fiestas, y por lo general es bastante difícil saber con exactitud cuándo una celebración pasa de ser buena o bastante buena, a ser directamente inolvidable. Y creo que todos queremos que nuestra fiesta sea inolvidable.
Sin embargo me ha tocado vivir oportunidades en las cuales la organización de un evento no es para nada grandioso, más bien, entra dentro de lo que se puede llamar lo normal (estoy hablando de una estructura clásica de festejo pero sin demasiados lujos). Y al terminar la noche, uno se queda sorprendido de lo bien que lo pasaron los invitados, los novios, y del buen clima que reinó en general.
¿El secreto? la gente fue a divertirse, a pasarla bien, a olvidarse de los problemas que todos tenemos durante la semana y a dejarse llevar por la magia de la noche. La música parece más divertida de lo normal cuándo la gente sabe disfrutarla.
¿Los responsables de que esto suceda? Principalmente los novios! Cuando los novios encaran su propia Fiesta de Casamiento con alegría, queriendo festejar de corazón y sabiendo transmitir y contagiar a todos los invitados, ellos mismos se transforman en los artífices de su propia noche inolvidable.
Por eso ya saben, muchas veces no se necesita de grandes gastos para hacer de una noche algo espectacular, solamente es necesario que estemos dispuestos a saber relajarnos y dejarnos llevar por la alegría que sentimos dentro nuestro. Ese sin dudas, será nuestro «ingrediente secreto»
Imágenes: Milenio Eventos